viernes, septiembre 29

# 46

Second chance –Veinticinco-

Estoy parado en la muralla que divide
Todo lo que amé de lo que amaré

Los enanitos verdes.


No puede dejar de llorar, su alma clama por un poco de paz.
Carla siempre supuso que su marido no era un santo.
Pero hasta ese día creía que estaba mezclado con algunos políticos turbios, lavando fondos de sus campañas y negociados.
Jamás hubiera creído posible que está casada con un asesino, un criminal.
Si bien debajo de su perfección y su ternura percibía una veta de hielo y metal, nunca imaginó la terrible brecha entre los dos mundos de Levy.

Está desvastada pero entera, sacando fuerzas por sus hijos, por ella, por todo.
No tiene muchas opciones, solo puede apelar a que el amor de Levy por sus hijos se imponga sobre todo lo demás.

Llama a su mamá, le cuenta. Asombro, miedo, desconcierto y debajo de todo eso el coraje de toda madre para sus hijos. ¿ Cómo te puedo ayudar ?
Le pide que busque a los chicos y que los lleve a lo de Guido, y que después de eso espere sin hacer nada.
Luego habla con Guido, el único amigo a quien puede entregar su alma y sus hijos sin dudarlo.
Le explica entre sollozos y el suspiro paciente de él le indica que ya sabía, que suponía un desenlace no civilizado. Necesita un lugar donde dejar a los chicos escondidos un tiempo, puede ser peligroso y es urgente. Como suponía no pone reparos, se despiden con inmenso amor.

Espera nerviosa en la esquina de su casa sin bajar del taxi hasta que llega su madre y entra.
Los minutos se estiran –tortuosos- hasta que salen todos, disimulando sus lágrimas besa, abraza y mira a cada uno de los chicos. Después le da un abrazo desarmado a su mamá y se para quietita en la vereda hasta que el auto se pierde de vista.
Camina una cuadra hasta la YPF donde compra cigarrillos y encendedor.

Tiembla tanto que le cuesta mucho prender el cigarrillo. Da vueltas sin prisa hasta recibir el llamado de Guido, se va de Buenos Aires con sus hijos, la tranquiliza y la consuela, minimiza el riesgo que asume y hasta logra que ría un poco.

Sacando fuerzas no sabe de donde camina con paso firme a la casa, abre la puerta y se dirige al living para hablar con Levy.

Siente mucho miedo, pero inexplicablemente ya no tiembla.

miércoles, septiembre 27

# 45



Después de mirar lo imponente que es Buenos Aires bajo la lluvia -mas desde un piso 26- me tenté, volví a mi escritorio, revisé la agenda, pasé una reunión para el jueves y argumenté a viva voz sentirme mal, muy mal.
Sin esperar ecos a mi declaración unilateral huí raudo de esa autómata prisión de hierro y vidrio.
Tardé menos de 25 minutos de manejo tranquilo en llegar al club, estacioné, dejé saco y corbata, zapatos y medias en el auto.
Caminé tranquilamente hasta el sollado disfrutando de la lluvia sobre la cara y el pasto mojado bajo mis pies.
Nadie me miró, hace años que mi apodo era “el loco de la lluvia” y ni en los inicios me importó un carajo, allá ellos.
Miguel me saludó como si me estuviera esperando hace horas y fue a preparar el viejo grumete para salir.
En el bar me comí un sándwich de crudo y tomate, con coca y limón.
Un café cargado.


Ya en la amarra me puse el viejo camperón azul –sus heridas “curadas” con tape plateado- ese que nunca dejé que mi mujer tirara o regalara, por mas impresentable que parezca, el viejo compañero de travesías desde el 88.
Un empujón potente alejó el barco un par de metros de la marina mientras izaba el foque y tomaba velocidad, al llegar al canal icé rápido la mayor y cacé la escota para aprovechar la racha.
En menos de cinco minutos había virado la farola, ya en aguas del Río de la Plata sentí los embates de la sudestada y comencé a disfrutar en serio.
El culo en la borda, el barco bien adrizado y la idea de llegar hasta ciudad universitaria en un solo borde, entrecerrando un poco los ojos para ver bien.
Hice firme las escotas, mantuve un minuto la caña del timón con las piernas mientras prendí un cigarrillo –cosa nada fácil con mucho viento y olas- , volví a la posición original y viví el viento en la cara, el agua salpicando, las olas desafiantes, algún que otro trueno y el amado ruido del viento sobre las velas.
Y me olvidé.
Del mundo,
la oficina,
el tiempo y el reloj,
la presión,
la plata,
la vida, -o la muerte, como quieras-,
olvidé todo y nada.
Y estoy seguro –casi- que por un instante,
por un segundo eterno y grandioso,
me olvidé de ella.
Me olvidé de vos.
Te olvidé.

lunes, septiembre 25

# 44

Second chance –Veinticuatro-

Canción, llévame lejos
donde nadie se acuerde de mi
quiero ser el murmullo de alguna ciudad
que no sepa quien soy

Babasónicos.

Cuando entra al auto el “desmayado” está casi libre de sus ataduras, de un culatazo lo vuelve a la inconciencia.
Le pregunta al otro el nombre de su jefe o supervisor, cuando se niega le explica enfáticamente que si puede negociar, de ello depende que salgan con vida y enteros.El tipo le dice resignado el número.

Jaime es famoso por resolver cualquier asunto, por complejo que pudiera ser, con solo cinco llamados.

Primer llamada, la SIDE, habla con el “agente a cargo” un tal “Juan José” y plantea sus condiciones: Jaime libera a los agentes ilesos a cambio de un poco de información y el compromiso de no dañar ni a su familia ni a Carla. Es un trato, Juan José le cuenta todo lo que tienen sobre Levy. Jaime se va formando una idea del quilombo en el que están metidos y admite que es imposible salir indemne de todo esto.
Pero no tiene tiempo para deprimirse, debe moverse ya, sin un segundo extra.
Tiene que sacarse de encima a los agentes sin que puedan liberarse en las próximas cuatro horas cómo mínimo, necesita además un auto y otro celular.
Todo eso junto aparece de la mano del Almirante Irizar que estaciona su camioneta a unos metros del Toyota.

Jaime habla con El Almirante (Una leyenda viviente en el Yacht, 82 años, excelente estado físico, aburrido de estar retirado, con un patriotismo ciego y una paranoia crónica con la izquierda) y le miente sin culpa.
Quince minutos mas tarde está manejando la 4 x 4 mientras Irizar conduce el Toyota hacia Rosario con los agentes para depositarlos cerca de alguna comisaría.

Segunda llamada, Ana -su mujer-, para que agarre a los chicos, la ropa indispensable, toda la plata que encuentre y se vaya ya mismo a lo de su madre, lo espere en la cochera sin salir del auto ni hablar con desconocidos, sin importar el motivo. Cuando también le pide el número de teléfono de su tío Franchesco, el que vive en Nuoro –cuna de la mafia sarda- Ana se da cuenta que es una cuestión de vida o muerte y guarda todas sus preguntas para mas tarde. Está aterrada.

Tercer llamada, Andrés su socio. Pocas palabras, el martes tendrá toda su plata transferida a la cuenta de Uruguay, no sabe cuando vuelve, después le explicará.

Cuarta llamada, Zío Franchesco. No lo ubican pero toman su número y le contestará el llamado, es lo usual pero igual recalca que es urgente.
En solo cinco minutos lo llama, le explica la situación sin omitir nada en su mas que rudimentario italiano, Zío Franchesco entiende, solo pregunta lo imprescindible. Queda todo claro, a la mañana siguiente estará todo listo en el lugar convenido.

Quinta llamada, Levy de nuevo. Sin titubear le dice que está frente a la casa de su madre, la Sra. Levy es encantadora y le manda saludos. Corta sin dar importancia a las puteadas y amenazas histéricas de Levy.

Esta vez se necesita mas, sexta llamada, Carla. No le contesta, carajo !
Duda unos instantes, pero ya sabe que hará, no se apartará del plan original. Las prioridades deben respetarse.

Llega al punto de encuentro, entra a la cochera y después de unos segundos se baja y pasa a los chicos y Ana con todas las cosas a la camioneta.
Ana no habla, pero lo mira con los ojos llenos de reproches y preguntas.
- Después, Ana, no hay tiempo ahora.

Da algunas vueltas sin sentido y cuando cree que no lo siguen se dirige rápido al otro club, en San Fernando. Una vez adentro sabe que es casi imposible que lo enganchen, hace bastante que no va por allí.
Estaciona cerca de la amarra del “Animal” un match 30 que usa mucho menos que lo que el quisiera, diez metros de pura sangre, nada cómodo pero muy veloz, cubierta amplia y un interior espartano, acomoda todo el equipaje lo mejor que puede, pasa a los chicos que están dormidos, todo en casi una hora, son las 10 y media de la noche, va a comprar algo de comida, en media hora soltarán amarras.

A medianoche hacen rumbo 100º dejando por la popa el aeroparque y las luces de la costanera.
Si bien no hay nubes la noche sin luna es oscura, y solo un experto podría saber que están ahi, sin luces, la radio apagada, sin motor ni deflector de radar y con velas de kevlar. Solo los delata el ruido del agua contra el casco.
Jaime lleva el barco como un experto, sin que flamee ni un ápice la mayor, aprovechando al máximo el intenso y sostenido viento del sur. Mucho antes del día estarán amarrados en el arroyo, falta poco. Le preocupa que sea todo tan fácil.
Lo invade una calma sensación de placer, el mismo de siempre, después de cruzar el Mitre cuando no se oye mas el ruido de la ciudad.
Está relajado cuando Ana se sienta a su lado y sin decir una palabra exige explicaciones.

Mientras la popa se pierde rumbo a Uruguay lo único que se oye sobre el susurro del viento es la voz de Jaime, monocorde, cansada, rendida.
Flota unos segundos sobre el agua antes que el viento Sud se la lleve lejos, muy lejos.

jueves, septiembre 21

# 43

Second chance –Veintitrés-

Habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado

Fito Paez.

Jaime y Carla salen del auto para poder hablar sin que escucharan los dos gorilas maniatados (aunque el del remo sigue desmayado). Ella está desvastada, Jaime le dice cual es su plan, pero Carla no le da cabida.
Le explica, sus hijos están con Levy, no puede dejarlos, no puede arriesgarse, no tiene a salida. Se va a su casa y aguantará lo que sea por los chicos, con el tiempo verá que opciones quedan, lo prioritario es eso, no puede dejarlos en manos de ese animal.

Lo mira a Jaime con amor del bueno, acaricia su rostro sin dejar de mirarlo, de decirle infinidad de cosas en esa mirada triste.
Le da un beso muy tierno, suave. Un beso de despedida, esta eligiendo y él no forma parte de la ecuación.
Le da la espalda y se va sin mirar atrás, apresurada y decidida, va a sacrificarse por sus hijos.

Jaime se siente atrapado, impotente, triste, enojado, muy enojado.
Luego de verla desaparecer en un taxi su cara se transforma, se endurece.
Sabe que hacer. Tiene agudeza y agilidad para lograrlo, ahora debe buscar la fuerza, frialdad y crueldad para no titubear.
No tiene margen para equivocarse, errar es morir.
Verifica la carga de la pistola y entra al auto con furia.

miércoles, septiembre 20

# 42

La realidad supera la ficción I

Dialogo escuchado un cementerio del gran Buenos Aires.

- Buen día.
- Buenas. (con menos onda que Santo Biasatti)
- No encuentro a Fulano.
- Quién ?
- Fulano, acá a la vuelta…
- No lo conozco, Ud. Está segura que trabaja acá, la verdad no me suena el nombre de la municipalidad tampoco.
- No me entiende, Fulano es mi papá, y estaba enterrado acá, en la segunda callecita, vine a traerle flores como todos los meses y no está. ¿Cómo puede ser?
- ¿ Ubicación ?
- ¿ Cómo ?
- Me tiene que decir la ubicación Sra. Esto es como una ciudad, vive un montón de gente, no conocemos a todos. Tiene que decirme la calle, la manzana, la parcela, o el número de nicho. Sin eso no puedo darle información.
- No la conozco, esteeeem no la se de memoria, pero alguien debe saber, no pueden trasladar a una persona sin avisar o pedir autorización, me parece.
- Aaaaah, sin esa “data” no sabría decirle.
- DISCULPE EL TONO, PERO ESTO NO ES POSIBLE, NO PUEDE DESAPARECER ASÍ NOMÁS…
- Mire Sra. A mi, así a los gritos, no me va a sacar nada, además no es cuestión de ponerse así de dramática, traiga la información y en un minutito le decimos, vive lejos ?
- Ud. Está loca, QUIERO HABLAR CON UN RESPONSABLE !!!!!!
- Sra. O Ud. Está sorda o yo hablo en húngaro, una de dos. Ya le dije que sin esa “data” no le podemos decir nada, capaz lo levantamos, que se yo.

En ese momento interviene uno de los cuidadores que pasaba por allí y se lleva a la atribulada Sra. Para ver a Jorge, “que sabe todo lo que pasa acá, no hay movimiento que se le escape, él nos va a cantar la justa”

La empleada me mira con una terrible cara de orto y se justifica:
- Pssss, uno se cruza con cada gente acá, todos locos, mire yo prefiero a los de adentro que no joden nunca.
- No se da cuenta que esto no es facil, aca levantamos 700 por mes. Que se cree ?, que tengo una “Xerox” en la cabeza…
Mentalmente calculé que 700 inhumaciones por mes implica una cada diez minútos.
Después dicen que en los cementerios no pasa nada, que no hay movimientos, que es un merecido descanso, etc. Etc

lunes, septiembre 18

# 41

Second chance –Veintidós-

No es bueno nunca hacerse de enemigos
que no estén a la altura del conflicto

Fito Paez.

No sabe porque al escuchar la explosión a lo lejos y luego de un par de segundos inmóvil da la vuelta y empieza a correr hacia el puerto, se le caen los anteojos sin que se diera cuenta, Carla necesita vencer su miedo y su aprehensión. Para ella la explosión fue en el barco y no quiere pensar que le pasó algo a Jaime.
Llega al club y casi se muere, no hay barco, no hay Jaime, solo humo y un penetrante olor a muerte. ¿ Qué pasa ? Es raro todo.
Cuando lo ve corriendo cerca del club casi grita de alegría.
Entonces ve dos desconocidos que se acercan y empiezan a golpear a Jaime, de una manera bestial.
Cuando le ponen una pistola en la sien él deja de resistirse, le murmuran algo y salen caminando, como si nada. Jaime con una tremenda cara de culo y unos moretones que empiezan a hincharse.
Carla se agacha entre los chinchorros, deja la cartera y busca algo que sirva como arma, ubica un remo de aspecto contundente y lo empuña con ambas manos como preparando un golpe de béisbol.
Se concentra en los sonidos, tienen que pasar a su lado y debe atacar en el momento exacto, un error puede ser fatal.
Cuando siente que están a la par golpea con todas sus fuerzas.
En general podría decirse, por una simple cuestión física, que una mujer de cuarenta y cinco kilos no puede dañar a un mastodonte de cien, pero por suerte la furia no esta dentro de las ciencias exactas. El remo impacta de lleno en la cara del hombre, que ni siquiera puede gritar, cae sin gracia, como una bolsa informe de papas, sobre los adoquines, el crujido de la cabeza es terrible.
Jaime se recupera de la sorpresa un segundo antes que el otro tipo, le da un empellón y sin dejar que saque el arma lo trompea con odio, se le tira encima y le saca la pistola.
Al sentir el frío del metal sobre el cuello el tipo deja de moverse y se limita a mirarlos con ansias asesinas.
Jaime no deja de apuntarle mientras desarma al otro que está despatarrado en el piso.

- Vení. Muy lentamente atá a tu socio con este cabo, por favor que sea con suavidad así no tengo que agujerear tu traje.
- No te compliques mas, flaquito, ni sabés con quien te estás metiendo.
- Si, está bien. Ya me contarás. Ahora atalo a tu socio o te liquido.
- Vos estás bien ?
- Si, pero no se que pasa, ¿ Qué es todo esto ?
- Me parece que tendrías que preguntarle a Levy.
- ¿ Queeeeeeeé ? Estás loco !
- En un ratito te explico, no podemos distraernos.
- Terminaste ?
- Si, te vas a arrepentir.
- Shhhhh, date vuelta y poné las manos atrás, juntas.

En silencio Jaime con la destreza que dan años de nauta, ata al tipo dejando sus manos inmovilizadas, le saca la billetera, un móvil, las llaves del auto y una navaja de miedo. Le apoya el arma en la sien mientras pregunta cual es el auto, un Toyota que está ahí nomás, con los vidrios polarizados. Suben a los dos tipos atrás y se van a los piques, antes que lleguen los bomberos, prefectura y la prensa.
Carla empieza a discutir sobre Levy, pero Jaime le pide que espere un poco mas.
Un par de cuadras antes de terminar la costanera sur estaciona amordaza a sus rehenes y revisa sus billeteras.
Jaime se queda helado, hay credenciales de la SIDE. En otro contexto se reiría, tener un carnet de espía le recuerda al Super Agente 86.
Va a tener que hacer un par de llamados, pero primero tiene que hablar con Levy.

Le pide el número a Carla y le pide que escuche en silencio.
Pone el speaker y lo llama.
- Hola.
- Sorpresa, señor…
- ¿Hola ?
- Levy, estás en problemas. No estoy muerto, y vos tenés dos hombres menos.
- Imposible !!!
- No me escuchás ?
- Es pura suerte, no te vas a escapar, lo juro.
- No jures al pedo, vamos a hacer una cosa. Te voy a proponer algo razonable. Vos dejás en paz a Carla, obvio ni te acercas a mi mujer y a mis hijos, nos vemos en donde quieras, solo vos y yo, cara a cara y resolvemos esto.
- Jajajajaja, jajajajajaja !!!!! No estás en posición de imponer nada, tarde o temprano te encontraré y se acabarán mis problemas.
- Estás equivocado, la otra alternativa es que, por las malas, te vaya a buscar, y ahí vas a saber lo que es el miedo. Sos el típico cagón, sin un par de monos cerca no te animarías ni a levantarme la voz. Sin ellos no te animás, ¿ No ?


Sin contestar Levy corta la comunicación, Carla está muda, congelada entre la sorpresa y el terror.
El único que parece tranquilo es Jaime.

Él sabe que Levy tiembla.

viernes, septiembre 15

# 40

Second chance –Veintiuno-

la muerte, que es celosa y es mujer,
se encaprichó con él

Fito Paez


Se siente muy mal, embotado, dolido, quebrado.
Ensimismado y cabizbajo no es conciente del sol que muere sobre los edificios tornando el mundo en ocre.
Suena el celular y Jaime duda, solo quiere hablar con ella.
Sin embargo toma la llamada.
- Oigo.
- Imposible, los muertos no oyen. Y vos estás muerto.
La voz era gélida, desprovista de toda emoción, Jaime, no sabe como, siente que el aire se inflama de maldad, peligro y muerte.
- ¿Quién sos ?
- No hace falta que lo diga, vos sabés perfectamente a quien jodiste hoy. A la mujer de quien metiste en tu cama.
- Veo. ¿ Qué querés exactamente ?
- Que sepas, que entiendas porque vas a morir, que te des cuenta que en realidad es amable mi venganza. Desde que empecé con Carla hice lo imposible para que mi vida familiar no tenga ningún contacto con mis negocios, ninguno. Era el oasis que buscaba y del que me nutría todos los días, sin contaminar, puro, bueno, sano. Hice todo lo que un buen hombre hace por una mujer y por sus hijos, no hubo ni una sola falla. Te puede parecer normal, pero como soy el tipo mas importante del mundo criminal en esta parte del mundo, te darás cuenta que no fue facil ni gratuito hacerlo así.
- Vos lo hiciste mierda, lo manchaste, lo arruinaste para siempre. Ahora nada volverá a ser lo que era, y es tu, tu culpa.
- … No entiendo
- No importa, no tengo mas tiempo, solo quería que no mueras feliz, escuchando las olas mientras pensás en ella.

En ese momento Jaime toma conciencia del peligro, real e inmediato. Ese tipo sabe su número, sabe donde está, sabe que Carla se acaba de ir.

Casi sin darse cuenta se levanta y salta del barco, comienza a caminar, cada vez mas rápido, hasta que se da cuenta que esta corriendo como loco.
Se detiene a unos ciento cincuenta metros del barco y piensa como puede ser tan paranoico, tan estúpido.
En ese momento una explosión hace volar su barco por los aires, mil pedazos de madera destrozando todo. La onda expansiva lo sienta de culo sin miramientos, Jaime no lo puede creer y observa atónito como se hunden los restos en segundos. Queda solo madera carbonizada y una repugnante mancha sobre el agua.

Trata de ordenar sus pensamientos, están en problemas.
Se para, acomoda un poco la ropa y comienza a correr nuevamente, desesperado, mientras trata de ordenar sus próximos pasos, cruciales para sobrevivir.
Al reparo del club para un minuto para recuperar el aire.
Desde allí ve a dos tipos con trajes oscuros que se acercan apuntando con unas pistolas que le parecen enormes.
No tiene salida, no hay huida posible, debe enfrentarlos. Un par de puños contra un par de Colt, no es parejo.
Mierda, está cagado de miedo.
¿ Ahora que ?

miércoles, septiembre 13

# 39

Second chance –Veinte-

“Después de ti no hay nada”

Alejandro Lerner.


No sabe de donde salieron las fuerzas para hacerlo, el único límite es no mirarlo a los ojos, pues la mentira sería evidente.
Mientras camina dejando atrás las marinas, el barco, y él, no puede contener los sollozos.
Se escuda detrás de unos anteojos oscuros e intenta mantener un paso firme, no errático.
Es lo correcto, piensa. Es lo prudente, reflexiona. Tenemos nuestras vidas, nuestras familias, nuestros afectos, no podemos tirar todo por la borda solo por los resabios de un amor adolescente sin cerrar, sería una boludez estridente.
Eso no explica que no deja de llorar, que su corazón late impersonal y sordo, que le duele la cabeza a punto de reventar.
Tiene que pensar en otra cosa, olvidarlo, sepultarlo y dejarlo a un lado de una buena vez, no puede ser tan drástico, si hace 20 años que no sabía nada de él hasta ayer.
Cuando suena el celular habla enseguida, ciega y confiada que era Jaime.
- Hola amor.
Mierda, es Gabriel, justo ahora. Trata de disimular su llanto y habla con él, que caído del catre –es un santo- solo le habla de sus pinturas y de una cena a solas esta noche, la quiere solo para él. –Mierda, mierda, mierda y mas mierda-
Cuando corta tiene una sensación absolutamente irracional de miedo – o era terror ?- y siente un escalofrío que le recorre centelleante la espalda.
Mas que nunca necesita el abrazo de Jaime mientras sola y abrumada sigue caminando lejos del puerto.
Parece triste.
Está triste.

lunes, septiembre 11

# 38

Second chance –Diecinueve-

“No seas tan cruel,
No busques mas pretextos”

Soda Stereo, hace siglos miles.
Fabiana Cantilo, hace poco.

La hora de la verdad siempre llega, el péndulo del tiempo es un verdugo imposible de conmover o desviar.
Antes de levantarse Carla le da un beso –muy tierno- con los ojos cerrados.
Se sienta de espaldas a él y le pide que no la interrumpa.
Habla de ideales, de inocencia, de amor, de locura y cordura. De recuerdos y realidades.
Jaime deja de escuchar con claridad y coherencia con un “no nos podemos ver de nuevo, jamás” después de eso todo es borroso, aunque retumban adioses, imposible, nunca, tu vida, mi vida.
Argumentos estériles, excusas y pretextos. Cada palabra esgrimida contradice lo que sus cuerpos – y sus almas- se dijeron todo el día.
Son otros, es imposible volver atrás.
Carla no quiere llorar, no quiere decir adiós, quiere irse sola y en silencio, ahora.

Jaime se viste y se sienta en la proa, las piernas colgando sobre el río sin llegar a mojarse, ausente del mundo real mira sin brillo el horizonte.
Una tenue e insistente llovizna lo empapa y ayuda a disimular sus lágrimas.
Prende un cigarrillo y lo fuma, tranquilo por fuera y con toda su alma alerta, esperando una señal, una palabra susurrada sin querer, un signo casi invisible, un suspiro fugaz, que no llegan.
Desafiando todas las leyendas de mar y río, en el exacto momento en que muere el sol una racha errática y caprichosa ataca con furia alborotando las aguas del puerto.
Unos minutos después no queda nada. Jaime quiere –necesita desesperadamente- creer que no fue un sueño tramposo, una emboscada artera de su imaginación.
Se fuma otro cigarrillo mientras espera que el temblor se esfume tras ella.

jueves, septiembre 7

# 37

espiral

Diría "Snif".
Ella preferiría que dijera "Mierda".

No voy a hacer ni una cosa ni la otra.
Voy a tratar de reflejar mi idea sobre las vueltas de la vida en esta imagen, que es un cuadro de Cynthia Cohen.

Chirusa, miralo bien.
Elegí una curva cualquiera.


Ahí, un día de estos nos volvemos a ver.
Cuando vos quieras.

lunes, septiembre 4

# 36

Second chance –Dieciocho-

“Código de seguridad AAA, acceso restringido a funcionarios con rango de secretario de estado de la casa blanca”

Sujeto: Gabriel Levy.
Nacionalidad: Argentina.
Residencia: Buenos Aires, Argentina.
Actividad: Empresario hotelero, industria textil, agropecuaria, exportación.
Zona de influencia: Principal referente en Latinoamérica sin considerar México y Colombia.

GL dirige la mayor red de tráfico de armas y estupefacientes de la zona de influencia.
Hijo de un respetado hombre de negocios judío que huyó de Alemania poco antes de la segunda guerra mundial fue heredero de una importante organización de comercio en toda Latinoamérica inicialmente en diversos artículos del mercado negro, posteriormente conectado con grupos militares y para militares de la derecha mas radicalizada, finalmente copó la distribución de drogas y armas en toda la región.

Si bien se lo considera un individuo sumamente peligroso las agencias gubernamentales no solo “toleran” sus actividades sino que colaboran de manera activa con la organización pues ha sido definido como estratégicamente relevante y favorable a los intereses de nuestro gobierno.
GL es de derecha, tiene una imagen impecable para quienes no están en “el negocio” una vida familiar transparente y estanca a sus actividades delictivas, no vende armamento a militantes de izquierda, es acérrimo opositor de Chavez y Castro, no admite violencia de manera manifiesta en sus hombres.

Mantiene estrechas relaciones con agentes de la DEA, NSA, CIA y los organismos de inteligencia de Chile, Ecuador, Perú, Venezuela, Brasil, Bolivia, Uruguay y Argentina.

Hombre frío, dirige la organización de un modo letal, es sospechado de por lo menos 8 homicidios ante delaciones de algunos lugartenientes.
Es temido en el mundo del crimen organizado por su legendaria sed de venganza ante la mas mínima traición.

(Continua en 1800 fojas...)