miércoles, julio 12

# 15

Second chance –cuatro-

Llega temprano, esta vez no hubo accidente ni embotellamiento y en lugar de comenzar a preparar el día antes que se torne frenético se queda pensativo frente a la computadora, con movimientos lentos pero no meditados, como si fuera una irreversible inercia la que lo obliga a hacerlo, abre el cajón derecho de su escritorio y toma entre sus manos la hoja arrugada –casi impresentable- con muchos nombres que marcaron sus años pre-adultos.
Imposible abstraerse del magnetismo y curiosidad –¿ Curioso él ?- que le generaban.
Escribe el primer nombre en el google y espera:
Gustavo Axxxx. , un millón trescientos cincuenta y dos mil ochocientas once entradas, ¿ Cómo puede ser ? ¿ Gustavo es candidato al premio Nóbel de física quántica ? Desalentado ante la perspectiva comienza a bucear, al cuarto intento lo ubica: Médico en la guardia del Instituto del quemado que salvó de la muerte a pulposa vedette que llegó en estado crítico al ser quemada viva por un admirador piromaniaco que dijo estar “en llamas” cuando la veía contonearse.
Marcela Txxx, ocho entradas en una página. Esto está mejor, la ubica al primer intento: Odalisca, despedidas de solteros, fiestas íntimas, a domicilio o en su departamento. A la mierda, ¡ Las cosas que te hace la vida !
En poco mas de media hora verifica todos los nombres menos el de Ella. De los veintidós ubica a quince, otro médico, dos actores, tres arquitectos, dos comerciantes, un abogado, en fin lo normal en un colegio de clase media.
Duda y sabe la causa. En realidad la única que le importa es Ella.
Todo lo previo fue solo para calentar motores, preparando este momento.
Se decide, para que seguir dando vueltas.
Escribe Carla Kxxx y todo su cuerpo se tensa a punto de partirse en dos mientras espera.
Eternos e interminables segundos hasta que en la pantalla aparezcan los resultados.
Se muere de intriga.

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