jueves, febrero 15

93 -Bichito de Luz-


Cuando era chico, hace muuucho tiempo, todos los días había un montón de bichitos de luz en mi jardín.
Hoy es menos habitual pese a que vivo en un lugar algo mas campestre.
Las caracolitas los vieron por primera vez en el campo y alucinaron, desde ese día no se cansaron de preguntar por las luciérnagas y las libélulas.


Hace poco aparecieron por casa y fueron inmediatamente detectados por las caracolitas desde la galería.
Empezarón a correr por el jardín al grito de "luciérnagaaaaaa, veeniiiiiiii. Veniiiiiiii, daaaaleeee !!!"
Los resultados fueron nulos, tuve que salir a "invitar" a los bichitos a jugar con ellas en la galería.

Busqué y encontré.
Al primero lo aplasté sin querer cuando lo quise agarrar, mientras lo tiraba con disimulo para que las enanas no me acusaran de homicida ya estaba buscando otro.
Con todo el cuidado del que soy capaz por mi natural torpeza tomé el insecto entre mis manos y lo llevé cerca de las caracolitas, lo deposité en el suelo -sano y salvo- y les dije que lo miraran sin agarrarlo para que después pudiera volver al pasto.

Me senté por ahí.

Las caracolitas se sentaron las dos juntas muy cerca de la luciénaga y -no se cómo- a dúo empezaron a cantarle mientras los ojitos les brillaban por la esperanza y la expectativa...

A brillar mi amor, vamos a brillar mi amor
a brillar mi amor, vamos a brillar mi amor...

Cuando me fuí a dormir - dos horas mas tarde- todavía las escuchaba.

Ahora -mientras escribo esto- tengo una sonrisa de lo mas boba en la cara y sigo escuchandolas.

A brillar mi amor...

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