# 78 Imaginando (te)
No se porqué, te imagino.
Frágil.
Te imagino suave.
No se porqué, te imagino riendo y contagiando (me) risas.
Inundando de colores vivos el mundo entero.
No se porqué, te imagino apasionada y tempestuosa, plena de recovecos fascinantes –que quiero recorrer-.
Te imagino bella, con los ojos brillando siempre.
Te imagino conmigo y todo lo demás queda a un lado.
Imagino tus besos y el mundo se hace difuso.
No se porqué, imagino que cantás una canción sin sentido que me encanta. Mientras imagino tarareo la melodía que (aún) no conzco.
Imagino una hamaca paraguaya, el sol muriendo y tu respiración tranquila y reposada, mientras dormís al lado mío, no quiero dormir solo para mirarte.
No se porqué imagino tu feliz desorden invadiendome.
Tu calma aquietando. (mis aguas)
Tu alma acariciando. (mi espíritu)
No se porqué, si no te conozco te veo en mil lados, te deseo, te miro y me pierdo en tu mirada –no vista todavía-.
Te busco -incansable- en todos lados sin encontrarte.
No se porqué estoy seguro te seguiré imaginando hasta que en unos de esos inesperados y no-casuales ardides del destino te tenga frente a frente y entonces, pueda decirte todo esto sin temor, timidez o vergüenza.
Sentir que todo es real, posible y tan perfecto como en mi mente.
Que los designios no nos son esquivos.
Que las olas –dóciles en definitiva- siguen siempre al viento en sus remolinos.
No sabés porqué me besás, me abrazás, y sentís que soy tu hombre.
Vos mi mujer.
Sin nada que preguntar sobre causas y motivos –en el fondo excusas- . Sin nada vano y estéril que agregar a nosotros mismos encontrandonos.
Frágil.
Te imagino suave.
No se porqué, te imagino riendo y contagiando (me) risas.
Inundando de colores vivos el mundo entero.
No se porqué, te imagino apasionada y tempestuosa, plena de recovecos fascinantes –que quiero recorrer-.
Te imagino bella, con los ojos brillando siempre.
Te imagino conmigo y todo lo demás queda a un lado.
Imagino tus besos y el mundo se hace difuso.
No se porqué, imagino que cantás una canción sin sentido que me encanta. Mientras imagino tarareo la melodía que (aún) no conzco.
Imagino una hamaca paraguaya, el sol muriendo y tu respiración tranquila y reposada, mientras dormís al lado mío, no quiero dormir solo para mirarte.
No se porqué imagino tu feliz desorden invadiendome.
Tu calma aquietando. (mis aguas)
Tu alma acariciando. (mi espíritu)
No se porqué, si no te conozco te veo en mil lados, te deseo, te miro y me pierdo en tu mirada –no vista todavía-.
Te busco -incansable- en todos lados sin encontrarte.
No se porqué estoy seguro te seguiré imaginando hasta que en unos de esos inesperados y no-casuales ardides del destino te tenga frente a frente y entonces, pueda decirte todo esto sin temor, timidez o vergüenza.
Sentir que todo es real, posible y tan perfecto como en mi mente.
Que los designios no nos son esquivos.
Que las olas –dóciles en definitiva- siguen siempre al viento en sus remolinos.
No sabés porqué me besás, me abrazás, y sentís que soy tu hombre.
Vos mi mujer.
Sin nada que preguntar sobre causas y motivos –en el fondo excusas- . Sin nada vano y estéril que agregar a nosotros mismos encontrandonos.
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