lunes, marzo 5

# 95 -Bye bye love-



- Es el momento de decir Adiós.
- ¿ Cómo? ¿ Qué dices?
- Adiós.
- …
- Soy claro. Adiós, ¿Entendés?
- ¿ Tu eres loco? Así como así vienes sin explicar nada y me sacas de tu vida, que yo creía nuestra.
- ¿Qué esperabas?
- Hombre, hace 15 años que estamos juntos. Los mejores de mi vida, mi juventud, cuando se daban vuelta en la calle para admirarme… Te los he entregados sin miramientos, sin pedir nada extraordinario a cambio. Espero, pido y hasta exijo respeto, una pizca de consideración. Sentimiento y no frialdad.
- No jodas, sabés que no soy uno de esos boludos sentimentaloides. Esto ha sido todo, se acabó, c’est finí. Hasta la vista.
- Tu me ocultas algo, no eres un hombre que pueda quedar de a pie, ya me has reemplazado y no quieres decirlo cara a cara.
- Es verdad, debo admitirlo. Y no fue nada complicado.
- Claro, por eso no hay en tu rostro ni un vestigio de pesar o dolor. Mi estupidez ni tiene límites, debí sospecharlo, debí notar tu falta de cariño. No me tratas como antes.
- Ok, está bien. Seamos prácticos y miremos para adelante. Estás afuera.
- ¡Que cruel eres! Duro, impenetrable, implacable. Un egoísta de miedo.
- Pero… así es la vida, era obvio que nuestros caminos se separarían, tranquilizate.
- ¿Cuántos años menos?
- …
- ¡Dime, cobarde!
- No es relevante.
- Para mi lo es, dime.
- Quince años menos.
- ¡Que hijo de mala madre!

Te has conseguido –quien sabe con que patrañas- un O km, y hasta me atrevería a pensar que debe ser full con curvas insinuantes y nada caído. Fácil y con todos los chiches.
- ¿La verdad? Es una verdadera belleza. Mas de uno se morirá de envidia. Espero que sea tan gamba como vos.
- …
- Vamos, no es taaan terrible, seguro lo imaginabas.
- ¿Qué será de mi ahora?
- No te preocupes, lo tengo arreglado. Te vas a acostumbrar rapido. Estoy seguro que te dejo en buenas manos.
- ¡Vete! No quiero saber nada de ti, eres solo un mezquino. Un lobo disfrazado de cordero. Y todos estos años creyendo en ti…
- …
- ¡Hijo de puta!
- ¡Epa! Pará, pará un poco.

Después de todo no lo pasaste mal. Te divertiste y mucho, te hice conocer buenos lugares, te di un cálido refugio, no dejé que te golpearan ni te maltrataran. Yo he cumplido –con creces- mi parte del trato.
- …
- Nunca te faltó nada, todo lo que pediste lo tuviste y la mayoría de las veces no fue barato. Siempre te dí lo mejor, no lo podés negar.
- ¿Y el amor? ¿Acaso has reparado en ello?

¡Amor!!! Claro, no debes tener noción de su existencia.

- Jamás te prometí amor, jamás. Tampoco voy a dejar que me trates de mentiroso, yo no te engañé jamás. Desde el principio lo supiste…

- ...
- No soy uno de esos tipos que se encariñan con los autos.

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