sábado, abril 7

# 101 -Libertad-

lluvia



Las caracolitas aprendieron a andar en bici sin rueditas, paradigma de la libertad infantil.

Caracolita -hiper competitiva- lo hizo enseguida y sin esfuerzo aparente. A los dos días tuve que atarla para que no se raje a pedalear desenfrenada por todos lados, se tira por una especie de barranquita que hay cerca, cruza las cunetas a mil, ya trata de colear y -por supuesto- pidió una bici mas grande y "de carrera"...

Caracolinha es mas fiaca, mas introvertida en algunas cosas y le importa tres carajos -ni siquiera lo disimula- la opinión de terceros. 100 % inmune a la presión -o por lo menos eso parece-.

¿ Por qué tiene que subirse a una bici en la que no puede dejar de pedaler, en la que tiene que estar siempre atenta, tiene que aprender a frenar y tiene que mantenerse en equilibrio ? Que ganas de complicar las cosas...

Pese a ello le fue tomando la mano y en un par de días mas se las va a arreglar sola.

Hoy la acompañe a hacer una práctica, fuimos a dar la vuelta manzana. Ella pedalendo y tratando de armonizar la atención mínima necesaria para no irse al carajo con su curiosidad y distracción habitual frente a objetos varios (ni hablar si aparece algún perro). Caracol trotando a su lado. No tuve que sostenerla, y después de la primera cuadra levantó un poco de velocidad.

Con el viento en la cara y sus ojitos transmitiendo gozo puro se dejó llevar y empezo a cantar una oda improvisada, ahí intervino algún angel piadoso y me sostuvo a mi.

"Yo me ocupo / de mi corazón / corazón sin rueditas... "

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