viernes, septiembre 15

# 40

Second chance –Veintiuno-

la muerte, que es celosa y es mujer,
se encaprichó con él

Fito Paez


Se siente muy mal, embotado, dolido, quebrado.
Ensimismado y cabizbajo no es conciente del sol que muere sobre los edificios tornando el mundo en ocre.
Suena el celular y Jaime duda, solo quiere hablar con ella.
Sin embargo toma la llamada.
- Oigo.
- Imposible, los muertos no oyen. Y vos estás muerto.
La voz era gélida, desprovista de toda emoción, Jaime, no sabe como, siente que el aire se inflama de maldad, peligro y muerte.
- ¿Quién sos ?
- No hace falta que lo diga, vos sabés perfectamente a quien jodiste hoy. A la mujer de quien metiste en tu cama.
- Veo. ¿ Qué querés exactamente ?
- Que sepas, que entiendas porque vas a morir, que te des cuenta que en realidad es amable mi venganza. Desde que empecé con Carla hice lo imposible para que mi vida familiar no tenga ningún contacto con mis negocios, ninguno. Era el oasis que buscaba y del que me nutría todos los días, sin contaminar, puro, bueno, sano. Hice todo lo que un buen hombre hace por una mujer y por sus hijos, no hubo ni una sola falla. Te puede parecer normal, pero como soy el tipo mas importante del mundo criminal en esta parte del mundo, te darás cuenta que no fue facil ni gratuito hacerlo así.
- Vos lo hiciste mierda, lo manchaste, lo arruinaste para siempre. Ahora nada volverá a ser lo que era, y es tu, tu culpa.
- … No entiendo
- No importa, no tengo mas tiempo, solo quería que no mueras feliz, escuchando las olas mientras pensás en ella.

En ese momento Jaime toma conciencia del peligro, real e inmediato. Ese tipo sabe su número, sabe donde está, sabe que Carla se acaba de ir.

Casi sin darse cuenta se levanta y salta del barco, comienza a caminar, cada vez mas rápido, hasta que se da cuenta que esta corriendo como loco.
Se detiene a unos ciento cincuenta metros del barco y piensa como puede ser tan paranoico, tan estúpido.
En ese momento una explosión hace volar su barco por los aires, mil pedazos de madera destrozando todo. La onda expansiva lo sienta de culo sin miramientos, Jaime no lo puede creer y observa atónito como se hunden los restos en segundos. Queda solo madera carbonizada y una repugnante mancha sobre el agua.

Trata de ordenar sus pensamientos, están en problemas.
Se para, acomoda un poco la ropa y comienza a correr nuevamente, desesperado, mientras trata de ordenar sus próximos pasos, cruciales para sobrevivir.
Al reparo del club para un minuto para recuperar el aire.
Desde allí ve a dos tipos con trajes oscuros que se acercan apuntando con unas pistolas que le parecen enormes.
No tiene salida, no hay huida posible, debe enfrentarlos. Un par de puños contra un par de Colt, no es parejo.
Mierda, está cagado de miedo.
¿ Ahora que ?