jueves, septiembre 21

# 43

Second chance –Veintitrés-

Habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado

Fito Paez.

Jaime y Carla salen del auto para poder hablar sin que escucharan los dos gorilas maniatados (aunque el del remo sigue desmayado). Ella está desvastada, Jaime le dice cual es su plan, pero Carla no le da cabida.
Le explica, sus hijos están con Levy, no puede dejarlos, no puede arriesgarse, no tiene a salida. Se va a su casa y aguantará lo que sea por los chicos, con el tiempo verá que opciones quedan, lo prioritario es eso, no puede dejarlos en manos de ese animal.

Lo mira a Jaime con amor del bueno, acaricia su rostro sin dejar de mirarlo, de decirle infinidad de cosas en esa mirada triste.
Le da un beso muy tierno, suave. Un beso de despedida, esta eligiendo y él no forma parte de la ecuación.
Le da la espalda y se va sin mirar atrás, apresurada y decidida, va a sacrificarse por sus hijos.

Jaime se siente atrapado, impotente, triste, enojado, muy enojado.
Luego de verla desaparecer en un taxi su cara se transforma, se endurece.
Sabe que hacer. Tiene agudeza y agilidad para lograrlo, ahora debe buscar la fuerza, frialdad y crueldad para no titubear.
No tiene margen para equivocarse, errar es morir.
Verifica la carga de la pistola y entra al auto con furia.